Bolaños pedirá al juez declarar por escrito para evitar preguntas que desmonten la versión de Moncloa
El ministro está citado ante el juez de la Audiencia Nacional en calidad de testigo
El espionaje a Sánchez y Robles coincidió con la crisis con Marruecos por la entrada de Ghali
Temor en Moncloa con la declaración que el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, tendrá que hacer el 5 de julio ante el titular del juzgado de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional José Luis Calama. Lo hará en calidad de testigo, con la obligación de decir la verdad para no cometer un delito de falso testimonio. Tras varias semanas culpando al CNI del espionaje a Pedro Sánchez y Margarita Robles, un paso en falso en su declaración en sede judicial podría dejar al descubierto parte del discurso gubernamental. Y evidenciar que la destitución de Paz Esteban como jefa de la inteligencia, por las presiones de Bolaños, fue una cortina de humo para contentar a los separatistas. Por eso, el ministro pedirá que su declaración se pueda hacer por escrito, y evitar así que las preguntas del magistrado puedan dejar al descubierto sus contradicciones.
El ministro, en su camino ante el juez, tampoco quiere ser grabado por las cámaras en el típico paseíllo entrando a la Audiencia Nacional. Félix Bolaños, por ahora, está citado únicamente en calidad de testigo, condición que podría cambiar tras sus manifestaciones en sede judicial. El juez Calama acordó la comparecencia de Bolaños para el día 5 de julio a las 9 de la mañana. Fuentes cercanas al ministro, consultadas por OKDIARIO, señalan que trasladará una petición al magistrado para acogerse a una de las dos opciones, junto a la de hacerlo desde su despacho oficial, a la que se pueden acoger los miembros del Gobierno.
Con su declaración en sede judicial, Calama pretende aclarar cuestiones relativas al espionaje que sufrieron a través de sus teléfonos móviles el presidente y la ministra de Defensa. A ambos dirigentes se les introdujo el sistema israelí Pegasus, únicamente a disposición de Estados, que permite extraer material de sus terminales, pese a que estos deberían contar con una fuerte protección. Cuando se produjeron los hechos, la seguridad de las comunicaciones gubernamentales dependía directamente y únicamente del Departamento de Seguridad Nacional y una Subdirección específica ya suprimida a las órdenes de Bolaños, en tanto que era secretario general de la presidencia.
Días después de que la Abogacía del Estado presentase una denuncia en la Audiencia Nacional, de la que informó en un día festivo el mismo ministro junto a la portavoz del Gobierno, se conoció también que el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaksa, habría sido espiado y que el espionaje que sufrió la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, estaría relacionado con estos tres casos. Aunque en público nadie se atreve a señalar a un responsable directo (Moncloa insinuó que detrás estaría una corporación con intereses económicos en España), prácticamente todos los indicios apuntan hacia Marruecos.
Supresión
El Gobierno ha intentado eliminar todo rastro sobre los responsables de no haber garantizado la seguridad de los teléfonos del presidente y de los ministros. En febrero de 2020, el Ejecutivo suprimió la Subdirección General de Tecnologías y Servicios de la Información del Ministerio de la Presidencia, que dependía directamente de la secretaria general que por aquel entonces dirigía el ministro Bolaños. Este es el motivo principal, creen en el entorno del ministro, por el cual ha sido citado como testigo por el juez Calama. Aunque no descartan que existan otras razones.
Mediante el Real Decreto 373/2020, de 18 de febrero, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, el Ejecutivo recogía en su disposición adicional primera «la supresión de la Subdirección General de Tecnologías y Servicios de la Información».
Las tareas de este departamento dependiente de Félix Bolaños no eran otras que «las funciones de elaboración, desarrollo y ejecución de los planes estratégicos y operativos en materia de sistemas de información y telecomunicaciones; la colaboración, asesoramiento y asistencia técnica en materia de tecnologías de la información y telecomunicaciones; y la dirección, diseño, desarrollo, implantación y explotación de los sistemas de información y telecomunicaciones, para garantizar su interoperabilidad, seguridad y calidad, así como la provisión y gestión del equipamiento y de los recursos informáticos necesarios para su ejecución».
CNI
Hace unos días, ya como responsable del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños señaló al CNI y a la ministra de Defensa como responsables últimos del espionaje a gran parte del Gobierno. Aunque parece que no fue así, y que él era el encargado de velar por la seguridad de las comunicaciones. Por ello, en un movimiento forzado por Sánchez y el propio Bolaños, el Ejecutivo destituyó a la directora del CNI, Paz Esteban, al considerar «un error grave» la intromisión del programa Pegasus en los móviles de Sánchez y Robles. La ex jefa de los servicios de inteligencia españoles explicó en el Congreso que «en el dispositivo de seguridad del Presidente del Gobierno no participan miembros del Centro Nacional de Inteligencia».